La campaña, realizada a bordo del buque “Cornide de Saavedra”, del Instituto Español de Oceanografía, se enmarca en el Plan Nacional de I+D financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, está liderada por Natacha Aguilar, directora de la línea de investigación de cetáceos de la Universidad de La Laguna (ULL), y ha contado con la participación de investigadores de las dos Universidades de Canarias, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Tenerife, el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) del CSIC de Vigo y del Instituto Marino de Bergen en Noruega.
Canarias es uno de los pocos lugares del mundo con poblaciones costeras residentes de cetáceos de buceo profundo, como los zifios, calderones y cachalotes. Estos grandes depredadores marinos, de entre 4,5 y 18 metros de longitud, realizan el papel ecológico de los felinos en tierra, y se han adaptado a explotar recursos diferenciados a profundidades que pueden superar los 2 kilómetros, incluyendo desde presas de escasos centímetros hasta el gran calamar gigante. A pesar de que el ecosistema de aguas profundas es el de mayor extensión en Canarias, aún sigue siendo un gran desconocido, y el proyecto CETOBAPH contribuye ahora datos sobre nuevas especies de aguas profundas, sobre fenómenos oceanográficos entre las Islas y sobre la distribución de la biomasa y de la productividad marina, que pueden explicar la existencia de las importantes poblaciones de cetáceos del Archipiélago.
Durante la campaña a bordo del buque Cornide se realizaron más de 50 estaciones hidrográficas en la costa suroeste de las islas de El Hierro, La Palma y Tenerife. Las Islas Canarias representan un obstáculo a los vientos alisios y a la Corriente de Canarias, favoreciendo la generación de estructuras como remolinos y estelas. Dichas estructuras mesoscalares producen cambios en las propiedades físico-químicas y en la dinámica de las aguas, que pueden originar zonas de enriquecimiento de la productividad marina.
El análisis de las características de las aguas permitirá a los investigadores estudiar las relaciones entre las condiciones ambientales del mar y la distribución y abundancia de los seres vivos que lo habitan. Para ello se realizaron en paralelo muestreos del plancton, es decir, de los pequeños organismos que viven a la deriva y que forman la base de las redes alimentarias en el mar, liderados por Mª Carmen Mingorance, de la ULL, y se llevaron a cabo también 33 pescas experimentales de peces, crustáceos y cefalópodos, a profundidades entre 200 y 900 m, así como un muestreo con ecosondas de la distribución de la biomasa en la columna de agua y registros de video hasta 800 m de profundidad.
La campaña comenzó en El Hierro, donde se desarrolló entre los días 5 y 11 de Abril. La investigación oceanográfica sobre el fenómeno volcánico, liderada por Eugenio Fraile, del Instituto Español de Oceanografía en Tenerife, y por Magdalena Santana y Melchor González de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), demostró que las aguas de El Hierro han vuelto a la normalidad, excepto por una pequeña zona limitada a unos 500 m alrededor del volcán. En el Hierro se ha observado que las poblaciones residentes de zifios no se han desplazado, y se detectaron otros cetáceos como rorcuales tropicales y delfines. Todo esto, unido a los resultados de las pescas, sugiere que la comunidad de aguas libres en la zona oceánica de El Hierro está recuperándose favorablemente tras el volcán. Se realizaron además grabaciones de video en el volcán de El Hierro con una cámara de la ULL, a profundidades de hasta 200 m, que servirán de base para estudiar la recolonización de los fondos del volcán por la fauna y flora marinas.
En La Palma se obtuvieron datos comparativos con El Hierro y se estudiaron los movimientos migratorios de periodicidad diaria que realiza la fauna marina de la denominada “capa de reflexión profunda”. Esta capa está compuesta principalmente por animales de pequeño y mediano tamaño, que de día se “esconden” en las profundidades, entre unos 400 y 800 m, para no ser detectadas por los múltiples depredadores visuales de las aguas someras. Sin embargo, en aguas profundas no hay productividad primaria, vegetal, dado que no penetra la luz, y por tanto las cadenas alimentarias dependen del “maná” que cae desde la superficie. Los animales de la capa de reflexión profunda ascienden de noche, al abrigo de la oscuridad, para alimentarse en aguas someras entre 200 m y la superficie, y con ello realizan una labor importantísima en la circulación de nutrientes en la columna de agua. Estas migraciones fueron estudiadas con ecosondas y con redes de plancton, a cargo de Alejandro Vicente y J. Carlos Garijo de la ULPGC, así como con las pescas lideradas por la ULL.
En Tenerife CETOBAPH investigó la existencia de un giro ciclónico (en sentido contrario a las agujas del reloj) en las aguas del canal entre esta Isla y La Gomera, gracias a la participación de Verónica Benítez del IEO, que se encuentra en la campaña calibrando sensores del proyecto oceanográfico Malaspina, que dio la vuelta al mundo en 2011. El giro entre Tenerife y La Gomera podría originar fenómenos de enriquecimiento de la productividad y de aumento de biomasa, relacionados con abundancia de fauna, y que ello explique la presencia de la población residente de unos 300 calderones en el sur de Tenerife. Los calderones pueden alcanzar más de 2000 kg de peso y tienen un comportamiento de caza activo, realizando sprints de hasta 36 km/hr en profundidades de hasta 1 km. Una colonia estable de estos “guepardos de aguas profundas” indica que sus presas, principalmente cefalópodos y peces no comerciales, como el calamar gigante, deben ser abundantes en las aguas profundas de Tenerife.
En las pescas de las tres islas se ha observado que las aguas profundas de Canarias presentan una alta diversidad de peces, muy superior a la de aguas más al norte, como afirma el investigador noruego Rupert Weineroigher, y se tratarán las muestras en la ULL para describir la comunidad de peces y estudiar nuevas citas en Canarias. Con respecto a los cefalópodos, los investigadores Alejandro Escánez, de la ULL, y los expertos de talla internacional Ángel Guerra y Ángel González, del IIM, han obtenido valiosos datos sobre varias especies poco conocidas, tales como un calamar del que la única constancia previa se limita a cuatro ejemplares capturados en el mundo, y otro calamar, llamado comúnmente “pulpota”, que podría tratarse bien de una nueva cita para el océano Atlántico, o bien de una nueva especie a nivel mundial, lo que se confirmará en un examen detallado en la ULL.
CETOBAPH cierra su singladura en el Cornide de Saavedra, tras un ingente trabajo para caracterizar y entender el funcionamiento del ecosistema marino profundo, el de mayor extensión del planeta, y el mayor desconocido.Fuente http://www.diariodeavisos.com/2012/04/19/actualidad/el-grupo-de-investigadores-del-proyecto-cetobaph-encuentran-nuevas-especies-de-aguas-profundas-en-canarias/
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