Un pescador halla muerta una tortuga gigante en Las Teresitas

Los restos de la tortuga fueron conducidos al PIRS de Arico donde se le practicará la autopsia.  

Requirió la ayuda de los bomberos del parque de Santa Cruz para poder sacar del agua al ejemplar.

Un pescador localizó sobre las 16:00 horas de ayer, el cuerpo sin vida de una tortuga laúd cuando flotaba en aguas cercanas a la costa de Antequera y decidió remolcar los restos, que condujo hasta la playa de Las Teresitas.

Una vez allí, el pescador requirió la ayuda de los bomberos del parque de Santa Cruz para poder sacar del agua la tortuga, un ejemplar migratorio.

Hasta la playa se desplazaron cinco agentes que hicieron denodados esfuerzos para poder subir hasta una furgoneta pick-up de Medio Ambiente los restos del animal. Para ello emplearon una escalera como parihuela.

La tortuga fue trasladada hasta la Planta Insular de Residuos Sólidos, en Arico, donde se espera que el lunes los veterinarios del Centro de Recuperación de la Fauna Marina de Taliarte, en Gran Canaria, se desplacen para la práctica de la autopsia y de esta manera determinar las causas de la muerte. Posteriormente, está previsto que el quelonio sea enterrado. Fuente:http://www.laopinion.es/sucesos/2012/02/25/pescador-halla-muerta-tortuga-gigante-teresitas/398905.html

                                                            La tortuga laúd.
Es sin duda la más bella de todas las que visitan Canarias, habitual o esporádicamente, con un tamaño promedio que supera los 170 centímetros, aunque se han documentado ejemplares que superan los dos metros (244 centímetros es el máximo tasado, superando los 800 kilogramos de peso). Tiene un cuerpo afilado, preparado para los grandes viajes marinos. Este gigante de los mares puede encontrarse desde Alaska hasta Nueva Zelanda, de igual manera en aguas templadas que en aguas frías. No es fácil localizarlas pues su hábitat adulto natural es la alta mar. Este hermoso animal posee otros registros sorprendentes: son capaces de realizar inmersiones ocasionales a 1.000 metros de profundidad y de unos 30 minutos de duración (aunque lo habitual es que no superen el medio centenar de metros).