Es un elemento característico de las formaciones termoesclerófilas. Son frecuentes los palmerales en fondos de barrancos y laderas donde discurren aguas subterráneas. Planta, normalmente de 10 a 15 m, que puede alcanzar hasta 25 m o más, de tronco grueso, sin retoños en su base.
Tiene de 60 a 100 frondas o más, de forma arqueada y con una longitud de hasta 7 m de largo, de color verde intenso, con más de 150 pares de foliolos, que forman una copa densa, esférica, de color verde oscuro. Las flores masculinas son blanquecinas y se presentan en manojos densos, estas inflorescencias son ramificadas y de hasta 1,5 m de largo. Sus frutos (conocidos popularmente como "támaras" o "tamaranes"), de unos 2 cm, de forma ovoide, amarillo-anaranjados, con poca pulpa, y hojas, sirvieron de alimento al ganado; con las partes terminales del tronco se fabricaron colmenas; las hojas son empleadas en la artesanía popular para la fabricación de esteras, escobas, cestos, sombreros... Las támaras alivian la tos y los catarros de las vías respiratorias. El jugo de estos frutos ablanda diviesos y tumores en la piel. En algunos lugares se toman las támaras maduras con leche y los frondes recientes se consumen también en ensaladas. Con la savia de la palmera fermentada se elabora la "miel de palma", también llamada en algunas islas "guarapo". Se cortan las palmas en día de luna llena (la circulación de la savia es máxima) y el líquido obtenido se hierve hasta quedar reducido a una melaza. Siendo usado como tonificante estomacal con cierto sabor alcohólico. La época de floración es de mayo a agosto y se reproduce por semillas. Las hojas de las palmeras se pueden utilizar como escobas y tradicionalmente se usan para adornar los balcones en las fiestas, por ejemplo, en las romerías.
Ha sido elegida como símbolo vegetal del Archipiélago Canario.
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