El guincho, rey de Teno

Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.
Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.
A pesar de la nefasta influencia del hombre, las Islas Canarias guardan todavía tesoros naturales que las hacen únicas. Un pequeño territorio atlántico, a no demasiada distancia de África, en el que habitan más de 13.000 especies de animales y plantas terrestres, muchas de ellas endémicas. Quedan rincones en este Archipiélago donde la vida sigue ajena al paso del tiempo, y a salvo de los humanos. Son verdaderos reductos de biodiversidad. Uno de ellos es, sin duda, el Parque Rural de Teno, en el Noroeste de la isla de Tenerife, un espacio casi salvaje cuya rica avifauna hizo que fuese declarado Zona de Especial Protección para las Aves, por parte de la Unión Europea.

Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.
En este macizo de unas 8.000 hectáreas de superficie, de profundos barrancos, con altos roques, bosques de laurisilva y abruptos acantilados, sobreviven aislados y olvidados animales amenazados por ese desarrollo urbano que ya ha devorado la mayor parte del territorio insular. Por ejemplo, aquí habita el lagarto canario moteado, un reptil singular que había pasado inadvertido hasta 1996. Sobreviven, precisamente, gracias a su aislamiento, a su adaptación a zonas agrestes que los hacen casi invisibles para la inmensa mayoría de los seres humanos. Decimos para la inmensa mayoría porque, por suerte, quedan algunos locos seducidos por la Naturaleza que dedican gran parte de su vida a estudiarla y cuidarla con pasión y en silencio, como es el caso de los coprotagonistas de este reportaje: personas verdaderamente enamoradas de las aves rapaces isleñas, en particular de los guinchos, que es cómo se conocen a las águilas pescadoras en Canarias.
Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.
 Población estable A pesar de que es conocido que el águila pescadora criaba en casi todas las islas e islotes del Archipiélago canario, no hay datos históricos fehacientes sobre el tamaño de su población en la primera mitad del siglo pasado. Las estimas apuntan a unas 50 parejas en la década de 1950. Los pocos censos hechos en los últimos treinta años indican que el número de parejas en las Islas, entre 12 y 14, se ha mantenido estable o más bien estancado. Los nidos, en muchas ocasiones muy voluminosos, son construidos en cornisas de acantilados marinos orientados al suroeste y al oeste, donde el estado de la mar durante gran parte del año es óptimo para que esta rapaz haga sus lances de pesca. En Tenerife, los guinchos pueden observarse en las vertientes noroeste, suroeste y sur, aunque su territorio de cría solo se encuentra en los acantilados del macizo de Teno, donde en lo que va de siglo han estado presentes entre dos y cinco parejas.
Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.

CONTROL ESPECÍFICO


El pasado 16 de junio, el equipo de ornitólogos formado por Manuel Siverio, Beneharo Rodríguez, Felipe Siverio y Airam Rodríguez, con la autorización de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, anilló los dos pollos de águila pescadora que nacieron este año en Tenerife, justo en los acantilados del macizo de Teno, que es el único enclave donde hoy en día sobreviven las escasas parejas de la Isla. Tanto en estos acantilados del suroeste tinerfeño como a veces en otras islas, los estudios que vienen realizando estos ornitólogos sobre el águila pescadora desde el año 1986 (algunos ya publicados en revistas especializadas) han estado centrados en su evolución poblacional, su biología reproductora, su alimentación y en las relaciones intra e interespecíficas que tiene, entre otros aspectos.

Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando empezaron a anillar pollos; en esa primera ocasión en el marco de un estudio para la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno. Desde entonces, el marcaje de pollos de águila pescadora, además de ser siempre una iniciativa de estos investigadores tinerfeños, no solo se ha llevado a cabo con los nacidos en Tenerife, sino también con los de La Gomera, en dos oportunidades. A partir del presente año, aprovechando las susodichas labores de anillamiento, también han comenzado a colaborar con el Centre d’ Ecologie Fonctionnelle & Evolutive (CNRS-CEFE), de Francia, y la Universidad de Ferrara, de Italia, en la recolección de muestras de sangre y plumas, que servirán para estudiar, por medio de análisis genéticos e isótopos estables, la conexión entre las distintas poblaciones del Mediterráneo y de la Macaronesia (Cabo Verde y Canarias).

La abrupta orografía y la fragilidad del material geológico de los lugares donde están ubicados los nidos del guincho en Tenerife hacen que los investigadores no puedan realizar el trabajo sin la colaboración de terceros. En este sentido, el Ayuntamiento de Buenavista del Norte y, sobre todo, Francisco M. González han puesto sus respectivas embarcaciones para llegar hasta los bajíos a pie de risco. Una vez hecho el desembarco, la labor de los escaladores Javier Martín-Carbajal y Juan C. Zamora, que según los ornitólogos ya forman parte del equipo de anillamiento, ha sido fundamental a la hora de llegar hasta los nidos y de manipular cuidadosamente los pollos. Lo mismo ha ocurrido en La Gomera, donde siempre han contado con el apoyo logístico del Cabildo y de Óscar M. Afonso. La presencia de esta ave está tan arraigada en Canarias que, incluso, ha quedado marcada en la toponimia, como es el caso del barrio costero de El Guincho, en Garachico, muy cerca, precisamente, de los acantilados de Teno, el reducto que habitan en la actualidad las últimas parejas de esta hermosa rapaz.
ESPECIE “VULNERABLE”

Según destacan los ornitólogos, una herramienta básica para el estudio de las aves es el anillamiento científico. Esta práctica permite, mediante la posterior observación o recuperación de los ejemplares marcados, obtener información sobre su longevidad, mortalidad, movimientos y migraciones, entre otros aspectos de su ecología. Por lo general, las aves son marcadas con dos anillas, una metálica (en España con remite del Ministerio de Medio Ambiente) y otra de PVC de color y con código alfanumérico suministrada u homologada por la Estación Biológica de Doñana (CSIC). Con esta última, al contrario que con la metálica, es posible hacer una correcta lectura del código a una distancia moderada usando prismáticos o telescopio terrestre. En el caso de la población de águila pescadora o guincho de Canarias, la obtención de este tipo de datos es sumamente importante de cara a su conservación, pues se trata de una especie incluida en la categoría de “vulnerable” (Catálogo Canario de Especies Protegidas), de la que prácticamente no se sabe nada de sus movimientos en y entre las islas, o de si en ocasiones abandona el Archipiélago.
Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez.

Un grupo de expertos ornitólogos tinerfeños:

Manuel Siverio ha realizado asistencias técnicas para el Gobierno de Canarias y el Parque Rural de Teno en las que evaluó la situación de aves amenazadas, y ha participado como técnico de campo en proyectos que la Sociedad Española de Ornitología ha desarrollado en Canarias.
Beneharo Rodríguez estudió Biología y ha sido contratado por la Sociedad Española de Ornitología como técnico de campo en proyectos de estudio y conservación de aves.
Felipe Siverio trabajó de asesor naturalista de la productora de documentales de naturaleza Alas Cinematografía y es miembro del comité editorial de una revista de divulgación científica.
Airam Rodríguez es docto por la Universidad de Sevilla y trabaja en la Estación Biológica de Doñana-CSIC.
Además de expertos ornitólogos, todos ellos son autores de numerosos trabajos de divulgación científica.

Ficha de datos del águila pescadora o guincho:

Nombre científico: Pandion haliaetus
Color: Dorso marrón, partes inferiores y cabeza pálidas con franja ocular oscura.
Envergadura: 145-160 centímetros.
Peso: 1.140-1.693 gramos (macho); 1.575-2.100 gramos (hembra).
Longitud: 55-69 centímetros.
Número de huevos/pareja: 2,32 de media en Canarias.
Número de pollos/pareja: 1,33 de media en Canarias.
Dieta: Sobre todo peces voladores y agujas, en Canarias.

Fuente:http://www.diariodeavisos.com/2012/10/20/actualidad/guincho-rey-teno/

No hay comentarios:

Publicar un comentario