Producto del contacto con otros animales, su piel se va marcando a modo de "grafiti". Como los calderones tropicales, su cabeza es redondeada, aunque son fáciles de distinguir de los primeros, tanto por la coloración, como por su aleta dorsal alta y falcada y por su menor tamaño.
fotografiados por Jorge Caceres |
La intensa actividad humana en los mares
del planeta está provocando una seria
disminución de esta especie, llegando a
ponerla en peligro. Entre las actividades
que suponen una amenaza contra los
calderones, unas veces de forma accidental
y otras de manera provocada, debemos
destacar la contaminación acústica,
provocada por el aumento del tráfi co
marítimo, las prospecciones petrolíferas,
los radares y, especialmente, los sonares
Otro factor con una fuerte relevancia
en la conservación de los calderones, y
de otros cetáceos, es la contaminación
procedente de organoclorados, metales
pesados, pesticidas, DDT, mercurio, y
la ingestión de plásticos, cuerdas y otros
residuos, siendo su origen el vertido de
residuos desde embarcaciones y desde la
industria y poblaciones de la costa. Además,
está la afección a su cadena alimenticia y la
acumulación de contaminación en la grasa
y órganos internos de estos cetáceos.
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