Así lo relató a Efe el consejero del Medio Ambiente del Cabildo insular, Juan Alonso Herrera, quien en aquella época trabajaba como guía-interprete del Parque Nacional de Garajonay.
Por esas fechas, el tajinaste azul estaba casi extinguido en La Gomera, pero el biólogo Ángel Bañares tenía el convencimiento de la existencia de ejemplares en los alrededores del Roque de Agando, comenta Herrera.
Por ello, Ángel Bañares y Juan Alonso Herrera decidieron hacer durante la primavera de 1985 un recorrido por la zona afectada por el incendio que se produjo el año anterior.
En ese incendio, que arrasó la vegetación del lugar y los pinos entonces allí existentes, perdieron la vida veinte personas.
La desaparición de los árboles permitió que, una vez que llegaron las primeras lluvias y las plantas comenzaron a brotar, se descubriera a pie del risco un "gran vivero natural" de este endemismo gomero incluido en el catálogo de especies amenazadas de Canarias.
"Eran varias manchas de cientos de plantas pequeñitas y muy juntas, que se llevaron al vivero del Parque Nacional", recuerda el consejero de Medio Ambiente, para quien la labor de repoblación del tajinaste azul gomero partió de ese día.
Ese trabajo de recuperación ha posibilitado que en la actualidad el Parque Nacional de Garajonay cuente con unos 5.000 ejemplares de "echium acanthocarpum", señala el director del espacio natural, Ángel Fernández.
Los individuos están distribuidos en tres poblaciones separadas, cuya fragmentación, según ha determinado su estudio genético, se ha debido a la actividad humana a través del ganado.
Hace 500 años, estas poblaciones de tajinaste azul formaban un único conjunto que cubría un ámbito extenso de la isla.
Ello da pie a que la estrategia para la conservación de la especie sea crear núcleos puentes que permitan ampliar y aunar las distintas poblaciones.
Ángel Fernández explica que el tajinaste azul es una especie muy delicada a la que el ganado afecta mucho más que a cualquier otra planta, pues no rebrota.
Asegura que en los últimos años ha habido una reducción muy importante de algunas poblaciones situadas fuera del Parque Nacional al haberse reactivado la ganadería, por lo que el censo de estos lugares no está al día.
En época de sequía, cantidades importantes de estas plantas tienden a morir y, si ésta se prolonga, la regeneración ya no se produce.
La fragilidad de la especie es una de las causas de su regresión, por lo que se trabaja en evitar amenazas con el control del ganado por medio de vallados y, sobre todo, en la creación de nuevas poblaciones.
Garajonay es la segunda área en importancia de España con mayor número de especies amenazadas, muchas de ellas únicas y que sólo viven en La Gomera.
En el ámbito del Parque Nacional, se trabaja en la recuperación de en torno a 25 especies en peligro de extinción, entre plantas catalogadas, no catalogadas y raras. EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario