La laurisilva canaria es una reliquia viviente y se puede comparar a un dinosaurio, puesto que se trata de un ecosistema con especies que vivieron en épocas pretéritas en Eurasia, desaparecieron como consecuencia de los cambios climáticos y quedaron relegadas a las islas.
"Esta es la esencia de la importancia de la laurisilva y el lugar donde mejor se conserva es en La Gomera", asegura para añadir que además es un relicto dentro de Canarias.
El territorio que ocupa la laurisilva en el archipiélago es muy pequeño y está confinado en los sitios húmedos del ecosistema que la permite vivir.
La laurisilva en las islas ocupó una dimensión equivalente a 1.000 campos de fútbol, 90.000 hectáreas, de las que hoy quedan apenas 16.000, debido a la actividad humana, pues por ejemplo sobre ella se construyeron ciudades como La Laguna.
La Gomera cuenta con cerca de 6.000 hectáreas, menos superficie que La Palma pero mejor conservada, gracias al buen uso que se hizo del monte
Ello ha permitido que el bosque de La Gomera sea semejante a una selva, con árboles viejos de gran tamaño, algo que no se puede encontrar en el resto de las islas, acompañados de una gran biodiversidad.
El Parque Nacional de Garajonay fue creado en 1981 y fue el primer espacio protegido de España que recibió el reconocimiento mundial y forma parte de un grupo "muy selecto" al que pertenecen pocos más, como el Teide o Doñana.
Para celebrar las efemérides, el Patronato del Parque ultima un amplio programa de actos que se desarrollará a lo largo del año.
Además, la campaña de educación ambiental que todos los años el Parque pone en marcha en los colegios con un tema central, este año se dedica al Garajonay como patrimonio mundial.
Ángel Fernández considera que el reconocimiento supone una carta de presentación, que si se sabe explotar puede beneficiar económicamente al sector turístico.
También significa una responsabilidad para quien gestiona el Parque y para toda la sociedad, que tienen el deber de preservarlo, así como un argumento para su conservación.
Las encuestas del uso del parque ponen de manifiesto que el Garajonay es un espacio muy valorado, dado que el turismo de estancia que llega a la isla tiene un nivel cultural alto, viene fundamentalmente a caminar y busca una naturaleza singular.
"Tenemos un sector turístico que valora mucho lo que tenemos, es muy exigente y lo debemos mimar", dice Fernández.
En su opinión, la estrategia turística tiene que cuidar ese hecho diferenciador, porque el visitante aporta riqueza y es muy cuidadoso con el medioambiente.
"Esta es la esencia de la importancia de la laurisilva y el lugar donde mejor se conserva es en La Gomera", asegura para añadir que además es un relicto dentro de Canarias.
El territorio que ocupa la laurisilva en el archipiélago es muy pequeño y está confinado en los sitios húmedos del ecosistema que la permite vivir.
La laurisilva en las islas ocupó una dimensión equivalente a 1.000 campos de fútbol, 90.000 hectáreas, de las que hoy quedan apenas 16.000, debido a la actividad humana, pues por ejemplo sobre ella se construyeron ciudades como La Laguna.
La Gomera cuenta con cerca de 6.000 hectáreas, menos superficie que La Palma pero mejor conservada, gracias al buen uso que se hizo del monte
Ello ha permitido que el bosque de La Gomera sea semejante a una selva, con árboles viejos de gran tamaño, algo que no se puede encontrar en el resto de las islas, acompañados de una gran biodiversidad.
El Parque Nacional de Garajonay fue creado en 1981 y fue el primer espacio protegido de España que recibió el reconocimiento mundial y forma parte de un grupo "muy selecto" al que pertenecen pocos más, como el Teide o Doñana.
Para celebrar las efemérides, el Patronato del Parque ultima un amplio programa de actos que se desarrollará a lo largo del año.
Además, la campaña de educación ambiental que todos los años el Parque pone en marcha en los colegios con un tema central, este año se dedica al Garajonay como patrimonio mundial.
Ángel Fernández considera que el reconocimiento supone una carta de presentación, que si se sabe explotar puede beneficiar económicamente al sector turístico.
También significa una responsabilidad para quien gestiona el Parque y para toda la sociedad, que tienen el deber de preservarlo, así como un argumento para su conservación.
Las encuestas del uso del parque ponen de manifiesto que el Garajonay es un espacio muy valorado, dado que el turismo de estancia que llega a la isla tiene un nivel cultural alto, viene fundamentalmente a caminar y busca una naturaleza singular.
"Tenemos un sector turístico que valora mucho lo que tenemos, es muy exigente y lo debemos mimar", dice Fernández.
En su opinión, la estrategia turística tiene que cuidar ese hecho diferenciador, porque el visitante aporta riqueza y es muy cuidadoso con el medioambiente.
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