Distintas circunstancias como la proliferación de venenos en el campo amenazan la supervivencia del cuervo canario, que se encuentra al borde de la extinción, especialmente en algunas islas.
El portavoz del Colectivo Ornitológico de Gran Canaria, Santiago Sánchez, explicó en una entrevista con Efe que esta subespecie de cuervo (Corvus corax canariensis) ha sufrido una merma importante en los últimos años, de forma que se ha pasado de 150 parejas nidificantes en Gran Canaria a finales de la década de los años 80 a ocho parejas en la actualidad.
La situación en otras islas también es preocupante, pues en La Gomera, que es la isla en peor situación, sólo hay cuatro parejas nidificantes, y en Tenerife y en La Palma trece o catorce.
En El Hierro, Fuerteventura y Lanzarote hay más ejemplares pero su número también se ha reducido considerablemente en los últimos años, lo que hace que el cuervo canario haya sido catalogado como "en peligro de extinción" en el Catálogo de especies protegidas de Canarias, indicó Sánchez.
Esta consideración es similar a la del pinzón azul y el guirre, especies sobre las que existe mayor conocimiento en torno a sus dificultades de supervivencia que sobre el cuervo.
Al tratarse de una especie propia del archipiélago, en caso de que el cuervo canario desapareciese, supondría una grave pérdida para el ecosistema y la biodiversidad en las islas.
Las principales amenazas para el cuervo son la falta de ganado en libertad, ya que es un ave al que le gusta la carroña; los tendidos eléctricos con los que chocan, la destrucción del hábitat y, sobre todo, el veneno existente en el campo.
Existe la creencia de que los cuervos y las aguilillas compiten por la caza con las personas, cuando no es cierto, pues no son capaces de cazar, sólo la aguililla es capaz de matar algún conejo si está moribundo.
En febrero pasado, el Coordinador del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre dependiente del Cabildo de Gran Canaria denunció ante el Servicio de Medio Ambiente de la Guardia Civil (SEPRONA), que en la zona de Los Llanos de la Pez, en el municipio de Tejeda, se encontraron cebos de carne supuestamente envenenados.
En ese mismo lugar se hallaron numerosos animales silvestres muertos, algunos de ellos cuervos, junto a varios animales domésticos muertos, como perros y gatos.
Es muy posible que estos hechos tengan relación con la desaparición de la única pareja nidificante de milano negro (Milvus migrans) en Canarias, que anidaba en las cercanías.
Agentes del SEPRONA remitieron muestras de los cebos al laboratorio de Toxicología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para su análisis y dieron en la presencia de carbofurano, un plaguicida peligroso.
Posteriormente, se detuvo por estos hechos a dos vecinos del municipio de San Mateo como autores de un supuesto delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos y otro de daños.
El Colectivo Ornitológico de Gran Canaria desarrolla actualmente un censo del número de cuervos existente en la isla y lleva a cabo una campaña de sensibilización con el fin de proteger la especie.
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