El primer pollo, que con sólo 86 gramos de peso nació el pasado 19 de
junio en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Isla, crece
junto a sus padres, unos ejemplares cuidados aquí durante años pero
procedentes de Fuerteventura
El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) del Cabildo de Gran
Canaria, gestionado por la Consejería de Medio Ambiente y Emergencias,
que dirige María del Mar Arévalo, ha sido escenario del primer
nacimiento en cautividad de un guirre, especie muy amenazada que vuelve
así a criar en Gran Canaria, de donde se extinguió a mediados del siglo
pasado.
El pollo, que nació el pasado 19 de junio (lo hizo tres
días antes de lo previsto, con sólo 86 gramos de peso) y será trasladado
próximamente a Fuerteventura, es hijo de otros dos ejemplares que
permanecerán en el Centro al que hace años llegaron enfermos procedentes
de la isla majorera.
El huevo había sido puesto más de un mes
antes, el 8 de mayo, y se desarrolló en una incubadora para evitar que
fuera roto por la madre y controlar mejor su desarrollo, con el
asesoramiento del experto en aves carroñeras Álex Llopis.
Al
nacer, la cría fue trasladada a una UCI donde gozó de una temperatura y
humedad estables y fue alimentada con ayuda de una maqueta, para evitar
que se acostumbrara a la presencia humana (“imprentación”), lo que
dificultaría su introducción futura en el medio natural.
Hoy,
sigue creciendo, ya junto a sus progenitores, en un jaulón especialmente
acondicionado. Procedente de La Oliva (Fuerteventura), el padre ingresó
en el CRFS en abril de 2003, y la madre, también majorera, lo hizo en
2007. Él sufría una lesión crónica en un ala y ella estaba aquejada de
artrosis, con lo que ambos habían quedado incapacitados para volar y,
por tanto, no podían ser devueltos a la naturaleza.
Unos 1.800
ejemplares ingresan cada año en el CRFS del Cabildo de Gran Canaria, a
menudo afectados por alguna lesión o patología. El objetivo de los
tratamientos que reciben es liberarlos, pero hay casos, como los de los
padres del recién nacido, en los que ello resulta imposible, por lo que
se intenta desarrollar con ellos actividades de conservación, entre las
que destaca la posible cría en cautividad.
Hasta ahora, existían
en Tafira cuatro guirres en esas condiciones. De ellos, dos, los ahora
progenitores, llevaban años emparejados y habían protagonizado varios
intentos de criar, todos infructuosos (sin ir más lejos, el año pasado
realizaron varias puestas, una de las cuales resultó fértil, si bien no
dio los resultados esperados).
En el pasado, hubo también aquí
otras dos experiencias de cría en cautividad. La primera, en 1987,
cuando un ejemplar expoliado de su nido en Fuerteventura fue criado por
los entonces responsables del Centro; la segunda, en 1990, tuvo como
protagonistas a otros dos animales llegados a Gran Canaria en similares
circunstancias pero que fueron liberados sin conseguir que criaran en
cautividad.
Por ello, para la consejera de Medio Ambiente del
Cabildo de Gran Canaria, “estamos ante un hito, no sólo porque es la
primera vez que conseguimos que esta especie tan amenazada críe en
cautividad, sino porque lo hace en Gran Canaria, de donde desapareció
hace ya 50 años, y porque pone de manifiesto la importancia de la
colaboración entre las distintas administraciones”. Durante su visita al
Centro, Arévalo estuvo acompañada de su homóloga de Fuerteventura,
Natalia Évora, y por la viceconsejera de Sostenibilidad del Gobierno de
Canarias, Guacimara Medina.
No en vano, los Cabildos de
Fuerteventura y Gran Canaria y el Ejecutivo Autonómico mantienen desde
hace décadas una estrecha colaboración en cuestiones relacionadas con la
recuperación de fauna silvestre accidentada y, en especial, con la de
los guirres.
Fuente:http://lavozdetenerife.com
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