Un calderón eligió, ayer, la playa de El Burro, en el municipio majorero de La Oliva, para parir. Tras varar la madre en la arena pudo ser devuelta al mar por los bañistas, pero no así la pequeña, que no pudo alcanzar a la madre y murió.Un calderón eligió ayer la playa de El Burro, en el municipio majorero de La Oliva, para parir. Los bañistas no daban crédito a lo que estaban viviendo cuando observaron a un cetáceo acercarse a escasos metros de la costa y expulsar a su pequeña cría, que finalmente murió.
A poco más de las tres de la tarde la playa estaba repleta de bañistas dado que el día invitaba al baño por las fuertes temperaturas que azotan la Isla en los últimos días. Un miembro del Servicio de Socorristas de Playas de La Oliva observó desde su puesto de vigilancia cómo se acercaba un cetáceo a la orilla. Inmediatamente dio la voz de alarma e invitó a los bañistas a que salieran del agua ante el riego que suponía la presencia de un animal de estas características, ya que no se había determinado su especie.
La sorpresa fue mayúscula cuando a escasos metros de la orilla el animal parió una pequeña cría ante el desconcierto generalizado. La madre continuó su camino hacia la orilla y quedó varada. Los bañistas trataron de devolverla al mar mientras el recién nacido quedaba en el agua. Los primeros esfuerzos fueron baldíos porque la madre regresó de nuevo a tierra. Al segundo intento la calderón hembra regresó a su entorno y se quedó por las inmediaciones, mientras que la cría, desconcertada ante el bullicio, quedó a merced de las corrientes.
Cuando la capturaron para que regresara con su madre, ésta ya no estaba por los alrededores y la pequeña no fue capaz de encontrarla.
Desolada y descontrolada, la corriente la empujo hacia las rocas, con las que se golpeó en la cabeza varias veces, lo que le ocasionó algunas heridas en el morro. Estaba sentenciada de muerte.
Los socorristas norteños luchaban contra el tiempo. A bordo de una moto acuática dieron una intensa batida por la zona para localizar a la madre y devolverle su cría. El esfuerzo no tuvo recompensa, ya que no había rastro de la mamá calderón.
El esfuerzo de bañistas y personal del Servicio de Salvamento de La Oliva fue intenso para tratar de salvar la vida de la recién nacida. Tras recuperarla del mar se intentó mantenerla húmeda con toallas mojadas hasta que llegaron los efectivos de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, quienes se hicieron cargo de la criatura. Después de debatir éstos durante un cierto tiempo a qué lugar debían llevarla para su acogida decidieron introducirla de nuevo en el mar ante la falta de respuesta.
La cría, todavía con el cordón umbilical colgando, no resistió los dos embates del mar contra las afiladas rocas y empeoraba su estado por instantes hasta que finalmente su débil corazón dejó de latir ante la desolación de las numerosas personas que se encontraban en la playa.
Algunos bañistas, todavía apesadumbrados por la tragedia de la pérdida del bebé de calderón, se quejaron a este periódico "de la falta de coordinación entre los efectivos que actuaron en el rescate de la cría y su madre". También añadieron que "algunos bañistas no siguieron las instrucciones de los socorristas e incluso algunos miembros de Medio Ambiente llamaron por teléfono a Gran Canaria para ver cómo tenían que actuar".
Los usuarios de la playa de El Burro no olvidarán la secuencia que vivieron ayer en vivo y en directo. El parto de una cetáceo a escasos metros de la playa. Llego la hora del alumbramiento y a mamá calderón no le importó que la playa estuviera repleta de gente para traer al mundo a su pequeño. La pena fue que éste no siga con vida.Fuente:http://www.laprovincia.es/fuerteventura/2011/09/11/parto-costa-majorera/399452.html
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