Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez. |
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CONTROL ESPECÍFICO
El pasado 16 de junio, el equipo de ornitólogos formado por Manuel Siverio, Beneharo Rodríguez, Felipe Siverio y Airam Rodríguez, con la autorización de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, anilló los dos pollos de águila pescadora que nacieron este año en Tenerife, justo en los acantilados del macizo de Teno, que es el único enclave donde hoy en día sobreviven las escasas parejas de la Isla. Tanto en estos acantilados del suroeste tinerfeño como a veces en otras islas, los estudios que vienen realizando estos ornitólogos sobre el águila pescadora desde el año 1986 (algunos ya publicados en revistas especializadas) han estado centrados en su evolución poblacional, su biología reproductora, su alimentación y en las relaciones intra e interespecíficas que tiene, entre otros aspectos.
Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando empezaron a anillar pollos; en esa primera ocasión en el marco de un estudio para la Oficina de Gestión del Parque Rural de Teno. Desde entonces, el marcaje de pollos de águila pescadora, además de ser siempre una iniciativa de estos investigadores tinerfeños, no solo se ha llevado a cabo con los nacidos en Tenerife, sino también con los de La Gomera, en dos oportunidades. A partir del presente año, aprovechando las susodichas labores de anillamiento, también han comenzado a colaborar con el Centre d’ Ecologie Fonctionnelle & Evolutive (CNRS-CEFE), de Francia, y la Universidad de Ferrara, de Italia, en la recolección de muestras de sangre y plumas, que servirán para estudiar, por medio de análisis genéticos e isótopos estables, la conexión entre las distintas poblaciones del Mediterráneo y de la Macaronesia (Cabo Verde y Canarias).
La abrupta orografía y la fragilidad del material geológico de los lugares donde están ubicados los nidos del guincho en Tenerife hacen que los investigadores no puedan realizar el trabajo sin la colaboración de terceros. En este sentido, el Ayuntamiento de Buenavista del Norte y, sobre todo, Francisco M. González han puesto sus respectivas embarcaciones para llegar hasta los bajíos a pie de risco. Una vez hecho el desembarco, la labor de los escaladores Javier Martín-Carbajal y Juan C. Zamora, que según los ornitólogos ya forman parte del equipo de anillamiento, ha sido fundamental a la hora de llegar hasta los nidos y de manipular cuidadosamente los pollos. Lo mismo ha ocurrido en La Gomera, donde siempre han contado con el apoyo logístico del Cabildo y de Óscar M. Afonso. La presencia de esta ave está tan arraigada en Canarias que, incluso, ha quedado marcada en la toponimia, como es el caso del barrio costero de El Guincho, en Garachico, muy cerca, precisamente, de los acantilados de Teno, el reducto que habitan en la actualidad las últimas parejas de esta hermosa rapaz.
ESPECIE “VULNERABLE”
Según destacan los ornitólogos, una herramienta básica para el estudio de las aves es el anillamiento científico. Esta práctica permite, mediante la posterior observación o recuperación de los ejemplares marcados, obtener información sobre su longevidad, mortalidad, movimientos y migraciones, entre otros aspectos de su ecología. Por lo general, las aves son marcadas con dos anillas, una metálica (en España con remite del Ministerio de Medio Ambiente) y otra de PVC de color y con código alfanumérico suministrada u homologada por la Estación Biológica de Doñana (CSIC). Con esta última, al contrario que con la metálica, es posible hacer una correcta lectura del código a una distancia moderada usando prismáticos o telescopio terrestre. En el caso de la población de águila pescadora o guincho de Canarias, la obtención de este tipo de datos es sumamente importante de cara a su conservación, pues se trata de una especie incluida en la categoría de “vulnerable” (Catálogo Canario de Especies Protegidas), de la que prácticamente no se sabe nada de sus movimientos en y entre las islas, o de si en ocasiones abandona el Archipiélago.
Las fotografías que acompañan este reportaje han sido obtenidas por José Juan Hernández, Antonio Barro, Felipe Siverio y Beneharo Rodríguez. |
Beneharo Rodríguez estudió Biología y ha sido contratado por la Sociedad Española de Ornitología como técnico de campo en proyectos de estudio y conservación de aves.
Felipe Siverio trabajó de asesor naturalista de la productora de documentales de naturaleza Alas Cinematografía y es miembro del comité editorial de una revista de divulgación científica.
Airam Rodríguez es docto por la Universidad de Sevilla y trabaja en la Estación Biológica de Doñana-CSIC.
Además de expertos ornitólogos, todos ellos son autores de numerosos trabajos de divulgación científica.
Color: Dorso marrón, partes inferiores y cabeza pálidas con franja ocular oscura.
Envergadura: 145-160 centímetros.
Peso: 1.140-1.693 gramos (macho); 1.575-2.100 gramos (hembra).
Longitud: 55-69 centímetros.
Número de huevos/pareja: 2,32 de media en Canarias.
Número de pollos/pareja: 1,33 de media en Canarias.
Dieta: Sobre todo peces voladores y agujas, en Canarias.
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