Rafael García Becerra es palmero. Si fuera alemán, americano o ruso quizás sería un entomólogo de fama internacional, pero la tierra marca para bien o para mal. Gracias a sus investigaciones se han conocido multitud de especies nuevas para la ciencia y puede presumir de tener una docena de hijos putativos por el mundo.
Debajo, en el subsuelo de la Isla, miles de diminutos "bichos" se han adaptado a la vida cavernícola. No son animales populares, tampoco despiertan afecto, incluso muchos de ellos son desconocidos para la ciencia. Una de las personas que más conocen sus peripecias en las entrañas de La Palma es el biólogo Rafael García Becerra, "Felo", acostumbrado a mirar bajo tierra para describir todo aquello que se mueve. Por sus investigaciones ya se ha divulgado la friolera de más de 40 nuevas especies.
El entomólogo palmero afirma que el conocimiento de la fauna invertebrada de La Palma "es mínimo. Hay poca información", aunque a él es un mundo que lo apasiona: "Mi hobby es ver la distribución insular de las especies y, de camino, poder descubrirlas. Mientras vas buscando aparecen cosas que no conoces. No solo busco en la superficie sino también en el subsuelo, que me resulta mucho más interesante, ofrece mayor rendimiento porque es más sencillo encontrar especies nuevas para la ciencia en lugares menos estudiados. Aquí en La Palma han estado grandes entomólogos del mundo, que se recorrieron la Isla, pero nunca se metieron en el subsuelo. Los pioneros en meterse por debajo de la superficie fue la gente de la Universidad de La Laguna, las promociones que surgieron a partir de la década de los 80. Yo soy de esas promociones".
García Becerra habla con naturalidad y sin aspavientos de descubrimientos que otros se tatuarían en la frente como carta de presentación. Ni tan siquiera los lleva contados. Simplemente sabe que habrá descubierto más de 40 especies nuevas para la ciencia. "Más de 20 las he descrito yo y otras tantas se las he dejado para otros colegas, amigos, que estaban trabajando en unos determinados grupos. Por el mundo puede haber once o doce hijos putativos míos. Mientras que citas nuevas habré hecho más de 200". Citas son especies que se sabía que existían en otros lugares del mundo pero que se desconocía que también estaban en La Palma. "Muchas han llegado por sus propios medios y otras han sido introducidas por el hombre", advierte.
El biólogo palmero, al que se le "encienden" los ojos cuando habla de sus bichos, tiene en su casa una colección de incalculable valor de animales cavernícolas, aunque no los quiere para él solo: "Me llegan continuamente solicitudes del extranjero pidiendo que les envíe un bichito para sus estudios. Yo los cedo porque sé que estarán en manos de otros especialistas. Luego, los bichos vuelven a casa... Algunos los mando a Estados Unidos". Su trabajo no cesa y en la actualidad está trabajando con cuatro especies desconocidas. "Sé que son nuevas para la ciencia, pero necesito conseguir los machos para abordar la descripción. Todas son del subsuelo, adaptadas al mundo subterráneo. Son de pequeñas dimensiones. Una tendrá sobre los 5 o 6 milímetros y las otras más diminutas, de tres milímetros. Están localizadas en Mazo y en el Norte de la Isla".
Rafael García explica que "una vez que descubres una especie nueva, si tienes suerte y consigues una serie, es decir, un buen número de ejemplares en el que haya machos y hembras, enseguida afrontas el trabajo descriptivo. Pero si no ocurre así, comienza un proceso de trampeo que te puede durar años. Mi récord es estar durante siete años buscando el macho de una especie localizada entre Barlovento y Garafía. En otra, el machadoi, que se lo dediqué a Antonio Machado Carrillo (doctor en Biología), estuve otros cuatro años. La suerte, como en todo, también influye".
En toda labor profesional hay un momento, al menos uno, que nunca se olvida. Que vive siempre en la memoria. En el caso del entomólogo palmero "fue encontrar el saltamontes del Remo (acrostira euphorbiae). Fue un buen churro. Estaba buscando una cosa y apareció otra. La verdad es que iba buscando un escarabajo y con el rabillo del ojo vi unas patitas que abrazaban una rama. Le metí la mano por el otro lado. El bichito se giró y cuando lo vi fue impresionante. Es una especie nueva que está amenazada". La presencia de este animal condicionó incluso la mejora de la carretera del Sur, en concreto en el tramo de 800 metros, por su obligada protección.
Pero no todo son satisfacciones. Y Becerra lo sabe. Aprieta las manos con fuerza, seguro que de forma inconsciente, para denunciar "la falta de controles fitosanitarios". En su momento, fue el experto que alertó de la presencia de picudos en un grupo de palmeras plantadas en los jardines de un complejo turístico, escarabajo que provoca la muerte de la planta. "Fue introducido de forma intencionada. Sabían que las palmeras estaban enfermas y, aun así, las introdujeron", asegura.
No ha sido el único caso. Hace apenas medio año, en diciembre de 2011, "me llamaron porque en un contenedor venían bichos. Eran tijeretas (forficula auricularia) de la variedad que existe en la península", recuerda el biólogo palmero. Venían en un contenedor de uvas. El experto les recomendó "que lo cerraran y lo quemaran" y, sin embargo, "acabó siendo descargado en Los Sauces. ¡Descargaron la uva a pesar de ser un contenedor lleno de tijeretas!, contaminado de bichos". Lo peor es que en un plazo de dos años "ese bicho estará repartido por todo el Norte". Son situaciones "que están pasando continuamente por la falta de un control adecuado" y que alteran, es de las pocas cosas que lo logran, el estado de ánimo de Becerra.Fuente:http://eldia.es/2012-07-16/PALMA/7-biologo-descubrio-especies-cavernicolas.htm
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